La Bota 59 Manzanilla Pasada Capataz Rivas

Comentario

Hay una copa de esta manzanilla junto al ordenador. Salgo un momento de la habitación. Al volver a entrar me golpea el aroma de «la criatura», que ha inundado la estancia. Marisma, naranja amarga, nuez moscada, yodados, un poquito de caramelo y hasta algo de curry; un perfume intenso pero elegante, de una gracia y distinción poco común. Terriblemente seductor. Me pongo nervioso al acercar la copa a los labios.

En boca es voluptuoso y… me voy a echar otro poco. Es difícil parar. Otro trago: es más denso de lo acostumbrado en una manzanilla, aunque sea pasada. Llega a ser algo untuoso. Espero la habitual expansión en boca, pero no es la “bofetada” rápida imaginada. Se expande por etapas, tranquilo y parsimonioso, con finura y sensibilidad; larguísimo, repitiendo aromas en retronasal y tendiendo a infinito. Deja un recuerdo que te acompaña hasta la hora de dormir, sea cual sea.

Esta manzanilla pasada procede de una solera inaugurada en 1986 por el Capataz Rivas de bodegas La Guita. Fueron 15 botas inicialmente destinadas para “animar” al vino más comercial de la casa con una manzanilla vieja de gran calidad. Nunca se utilizaron para tal fin y, al no cumplir con su destino original, el Capataz Rivas las fue custodiando durante años, tocándolas tan sólo de vez en cuando y extrayendo pequeñas cantidades que fue reponiendo con las mejores soleras de La Guita. Hoy, gracias al Equipo Navazos, tenemos el privilegio de disfrutar de este giro del destino.

Pero… ¿qué hacen ahí leyendo? ¡Compren una ya insensatos!

Comida

El mejor maridaje es la noche, el sofá, la calma, el silencio y la meditación. Beban poco a poco y a solas. Disfruten.