Roig Boig 2016

Este vino es, como bien describe su nombre en catalán, un vino muy loco. Para divertirse y mitigar la sed, beber por cajas y ni enterarte. Roig Boig ha sido elaborado con un coupage de variedades autóctonas como la xarel·lo, mónica, mandó, sumoll, cannonau y malvasía;  criado sobre sus lías en depósitos de inox durante cuatro meses, da como resultado un vino brillante, de color casi indescriptible – diría que carmín eléctrico -. En nariz una fiesta de frutos rojos y en boca, un ataque fresco, fácil, suave; una acidez muy agradable que hace salivar. En definitiva, un vino nada complejo, divertido y franco, que te invita a seguir bebiendo y abrir otra botella.

Roig Boig no contiene sulfitos añadidos y la fermentación ha sido con las levaduras salvajes de la propia bodega. Existe la versión Ancestral de este mismo vino, más loco aún si cabe con el punch que le da el carbónico.

Elaborado en el Celler La Salada por el viticultor Toni Carbó, bien conocido en la región vitivinícola del Penedés por la pasión y dedicación con las que trabaja no sólo los vinos de su bodega, si no otros proyectos en los que colabora. Primero el abuelo y luego el padre de Toni, fueron comprando y trabajando con mimo estos viñedos, a priori, de tierras poco fértiles y de escasa calidad. Con el tiempo y después de medio siglo, algunos de esos viñedos han acabado siendo de los mejores de la región, gracias en parte, al buen hacer de Toni y sus ancestros, tratándolo siempre de la forma más natural posible.

Albóndigas con espagueti, al más puro estilo italoamericano.