Oloroso Viejo Marqués de Poley

Comentario

Un oloroso diferente, de Montilla Moriles, con toda la diferenciación que tal hecho supone. Diferente porque es de pedro ximénez y lo proclama a los cuatro vientos. Es varietal, nada neutro; ahí están las clásicas notas a almendra garrapiñada, pero los torrefactos, los dátiles y los yodados en nariz, señalan con dedo acusador, como Donald Sutherland al final de la película La Invasión de los Ultracuerpos de 1978, y gritan ¡pedro ximenez! Diferente por su especial untuosidad y también porque no ha sido encabezado y sus diecisiete grados de alcohol son totalmente naturales.

Todo está perfectamente equilibrado en este oloroso. La acidez y el alcohol conviven en armonía y forman una estructura de total integración. Larguísimo y de gran redondez. Muy grato por su calidad y por su precio, sobre todo para alguien como yo, que estaría bebiendo oloroso mañana, tarde y noche. Como única pega se le podría achacar la falta de una mayor complejidad pero ¿es eso un defecto a la hora de disfrutar? Siempre que lo encuentro me lo llevo a casa.

Comida

Lo bebo por la noche, casi siempre sin comida para que no trabajen las mandíbulas, disfrutándolo pausadamente mientras pienso con deleite en su eterno post-gusto y el abrazo de las sábanas de mi cama.