Ahora que durante una semana se presta la atención debida a una de las grandes regiones vinícolas del mundo. Aprovechamos la coyuntura para hacerles saber que esta loable iniciativa surgió como evento de un solo día (WorldSherryDay) y a nosotros, que se nos hizo poco rendir tan poca pleitesía a uno de los mayores patrimonios que atesora este país, lo convertimos en la SherryWeek (independientemente de que luego se expandiese a un mes y desde entonces le dedicásemos una sección propia en la Enoarquía).
Pese a nuestros esfuerzos y reuniones, no conseguimos que nadie recogiera firmemente el guante, ni que nos apoyasen un poco para que pudiésemos desarrollar dicha SherryWeek como era debido. Así que todo quedó en agua de borrajas, pero no se piensen que nuestras ideas cayeron en saco roto, bien al contrario, algunos bien supieron apropiarse de ellas y hacerlas pasar como suyas. Algo que no hemos dejado de sufrir con contenidos de la Enoarquía publicados por otros como propios. Suponemos que se trata de homenajes encubiertos, dada la calidad de nuestros textos. Vamos, o es eso, o la gente gasta mucho morro.
Inocentes nosotros, pensamos que lo importante era el apoyo a los vinos del Marco y no colgarnos medallas, así que hemos permanecido en silencio desde hace casi tres años. Somos pequeños y resulta fácil ningunear a cuatro personas ajenas al “establishment”. Pero cada vez son más quienes copian nuestro trabajo, sin siquiera citarnos y debemos un respeto a las más de 15.000 personas que nos leen cada mes (más de 260.000 visitas desde que lanzamos la Enoarquía, hace algo más de dos años).
Sirva también este texto como gratitud a quien empezó por celebrar un día del jerez, Wolfgang Hess. Como suele pasar por estas tierras, tuvo que llegar alguien de fuera para “descubrirnos” una de nuestras grandes regiones vitivinícolas. Cuando aquí hace tiempo que dimos de lado al consumo de vino en general, y de los fortificados en particular o, lo que es peor, los denigramos a convivir con refrescos con gas, el consumo exterior permitió una entrada mínima de capital.
También de fuera nos llega la llamada SherryRevolution, con “instigadores” al redescubrimiento de estos grandes vinos, por parte de “evangelizadores” de este nuevo credo como Peter Liem, Ashley Santoro, Raúl Vega, Paddy Murphy, Sarah Jane Evans MW, Chelsea Althon, Talia Baiocchi, Justin Roberts, Jeremy Rockett, Annie Bennett, Óscar García Moncada, Ruben Luyten, etc.
Sin embargo, nos tememos que todo este foco puesto en el jerez y la manzanilla, no se aproveche en El Marco. Son muchos los retos a afrontar y los farolillos y la fiesta no deben ocultar las miserias que no hace mucho hacían presagiar un futuro nefasto para estos vinos. Apuesten de una vez por su terruño, por variedades olvidadas, por clones menos productivos y por una Denominación de Origen Calificada.
Las grandes bodegas no pueden esconderse tras las cifras de sus otros negocios. Ni sus propietarios, ni sus trabajadores (generación tras generación), ni sus marcas más emblemáticas, ni sus grandes soleras, la verdadera razón de ser del jerez y de la manzanilla son sus consumidores. ¡Cuiden de ellos!
Nosotros, desde la Enoarquía, pondremos durante toda la SherryWeek nuestro granito de albariza para darles a conocer, de la manera más sencilla y amena que nos sea posible vinos de toda índole bajo el denominador común de un terruño excepcional. ¡Disfrutenlos!
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