En la lengua de Shakespeare distinguen entre una historia narrativa, un relato, story; de la historia, serie de hechos pasados acaecidos, history. En España de manera común se emplea la misma palabra para ambas, a pesar de lo cual, no suele llevar a equívocos. Aunque, en ocasiones, se entrelazan, como en este caso particular que nos ocupa.
Aquí les traemos un mensaje en una botella. Pero en su interior no hallaremos el mapa de ningún tesoro, pues éste ya se encuentra dentro en forma de dorado líquido. Sin embargo, esta botella en concreto, perteneciente al Amontillado Alcázar de bodegas Bobadilla, sí que porta un mensaje: “Embotellado especial para el buque escuela de guardias marinas Juan Sebastián Elcano”.
La citada bodega, hoy ya extinta, fue fundada en 1882 por Manuel Fernández de Bobadilla y Martínez y aunque mucha de su fama se la debe a sus brandies 103, también fueron loados sus jereces, especialmente su fino Victoria y su oloroso Capitán.
De sobra conocida es la estrecha relación de los vinos de Jerez con la mar, de un léxico en común, a una fortificación cuya razón de ser, en su origen, estaba en dotar a los vinos del empaque suficiente para soportar con entereza tan largas travesías. Sin olvidar que, muy cerquita de allí, en el astillero de Puerto Real, se empleaba de manera tradicional el oloroso Sangre y Trabajadero en sus botaduras.
Un bergantín-goleta muy especial
El buque para el que se destinó esta partida de botellas, no es un barco cualquiera. Se trata de un bergantín-goleta de la Armada Española, botado un 5 de marzo de 1927. Sus característicos cuatro mástiles llevan el nombre en homenaje a los cuatro buques escuela que le precedieron: Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus. Su nombre rinde pleitesía al insigne marino y explorador Juan Sebastián Elcano, capitán, tras la muerte de Fernando de Magallanes, de la expedición que completaría la primera vuelta al mundo del ser humano. De hecho, su escudo de armas porta la divisa: “Primus Circumdedisti Me” (Fuiste el primero en circunnavegarme). Cómo no podría ser de otro modo, el buque que toma su nombre, le muestra sus respetos navegando alrededor de la Tierra, once son ya sus vueltas al mundo.
El misterio manuscrito
Pero la botella que hoy les traemos guarda más historias ocultas, en su etiqueta trasera, escrito a mano se puede leer: “viaje Nº 59”. Si investigamos a qué puede referirse, veremos que una probabilidad que no deberíamos desdeñar es la de que nos remita al número de crucero de instrucción. En cuyo caso correspondería a su séptima vuelta al mundo, llevada a cabo entre septiembre de 1987 y julio de 1988. Dato que podría corroborar el año de fabricación de la botella, tal como aparece en el envase: 1983.
Para terminar esta retahíla de hechos anecdóticos alrededor de este amontillado, decirles que, precisamente en ese año de 1987, da por finalizada su instrucción en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, el guardiamarina de 19 años Felipe de Borbón, actual Rey de España Felipe VI. Aunque su viaje fue el 58 y hay quien afirma que estuvo apunto de morir, pero esa es otra historia y, por desgracia, ya no nos queda más amontillado Alcázar.
Muy buen relato. Como aficionado a los vinos de Jerez y a mos buques de la Armada, sólo apuntar que el vino Sangre y Trabajadero, sigue empleandose en las botaduras de muchos barcos en Navantia – no necesariamente militares. El último que pude fotografiar fue el petrolero de Ibaizabal, Monte Urquiola.
Y por otro lado, la Bodega Gutiérrez Colosia es, que yo sepa, la única que a día de hoy suministra su excepcional brandy Juan Sebastián Elcano para la cámara del comandante de dicho buque.
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