Bodegas El Grifo en Lanzarote: el “viñedo de lo imposible”

Las últimas Navidades, como tantas otras, tenía claro que quería alejarme de las lucecitas y los turrones, llevaba años diciendo: “el año que viene desaparezco y me voy a Canarias en Navidad”. Finalmente, éste ha sido el año y 2013 no pudo empezar mejor. Está claro que cuando una sale corriendo a las Islas en plena Navidad, lo que busca es calor, descanso y bonitas puestas de sol mientras en el centro de España están a cinco bajo cero. Pero también, disfrutar de los paisajes volcánicos, de la gastronomía  y de los fantásticos vinos canarios.

El destino elegido, Lanzarote. Contemplar el paisaje formado por las vigilantes Montañas del Fuego y por miles de pequeños hoyos y semicírculos de piedras, es una experiencia tan seductora que nadie que visite la isla debería perderse.

Los suelos volcánicos, los vientos alisios, la escasez de lluvias y su cercanía con África, parecen hacer de Lanzarote un sitio poco indicado para el cultivo. Sin embargo, las erupciones volcánicas precisamente han sido las que han caracterizado sus suelos, cubriéndolos de una capa de “ceniza” volcánica que tiene la particularidad de facilitar la rápida filtración del agua de lluvia y de rocío, el famoso picón.

Además, la mano e ingenio del hombre isleño han ayudado a configurar este paisaje único. Las viñas son plantadas en grandes hoyos consiguiendo así que la planta llegue a tierra fértil, además, colocan pequeños muros de piedra en forma de semicírculos para proteger las planta de los fuertes vientos alisios, a estos semicírculos los llaman el abrigo. Gracias al picón y al abrigo, la viña puede vivir con únicamente 150 mm anuales de lluvia. Sin estos dos elementos, la viña necesitaría entre 350 y 600 mm anuales de lluvia, por lo que clima lanzaroteño y viticultura serían incompatibles.

La principal zona de viñedos de Lanzarote es conocida como La Geria, y  se encuentra repartida entre los municipios de Yaiza, Tías, Tinajo, San Bartolomé y Teguise ¡Todo un espectáculo! A pesar de su pequeño tamaño, en la isla existen un montón de bodegas, aunque hoy me quiero centrar solo en una; en la Bodega El Grifo, una de las diez bodegas más antiguas de toda España. Pienso que esta bodega ha sabido avanzar, experimentar y trabajar, conjugando a la perfección progreso y tradición sin perder el encanto especial que tienen sus vinos y sus antiguas instalaciones.

Cuenta la leyenda que la silueta de un grifo alado mitad águila y mitad león, el grifo guardián del dios romano del vino Baco, se veía en un paraje de la Geria, en la isla canaria de Lanzarote. La leyenda de este grifo ha inspirado la aventura vinícola, artística y empresarial de esta magnífica bodega.

Durante la década de los años 70, los propietarios decidieron modernizarla y con gran visión estratégica e ingenio isleño lo hicieron de la mano del artista lanzaroteño César Manrique. El pintor y escultor les pidió que no derruyeran la antigua bodega y que construyeran en él un museo, a cambio, él mismo diseñó el logotipo que es la actual identidad visual y corporativa de la casa, también diseñó para su vino favorito una etiqueta especial: el volcán con el sol de Lanzarote y los semicírculos que guardan a cada cepa del viento.

El Museo es una parada imprescindible para conocer la labor de los ancestros y conocer la evolución de los aperos e instrumentos. Algo que me hizo mucha gracia fue ver en la entrada del museo una inscripción original, conservada y dedicada a Jesús, María y José, por el miedo a que se repitieran las erupciones volcánicas.

Durante la visita a la bodega, asistimos a las explicaciones de una de las guías que nos contó entre otras cosas que los vinos de las bodegas de La Gería ostentan la denominación de Origen Lanzarote desde 1993. La bodega cuenta con algo más de 50 hectáreas de viñedos, principalmente de uva malvasía, listan negro y moscatel, aunque también cuentan con listán blanca, burrablanca, breval o pedro ximénez. La uva más apreciada de Lanzarote y de donde salen sus codiciados blancos es la malvasía, malvasía volcánica que define la tradicional lanzaroteña, lo que la hace prácticamente única (La Geria acoge el 90% de los cultivos que hay en el mundo). La viña está plantada en pie franco, ya que por fortuna la filoxera nunca llegó a la isla.

Nos siguen dando explicaciones del “viñedo de lo imposible”, sobre el marco de plantación del sistema de hoyos, menor que en otras partes de la isla, debido al menor espesor de la capa de picón. La vendimia es tradicional, sin mecanización y realizándose en consonancia con la capacidad de las bodegas para evitar el deterioro de su calidad. Entra en bodega en cajas de 20 kilogramos. Otra curiosidad es que la vendimia, normalmente se lleva a cabo a finales del mes de julio, se trata de la vendimia más temprana de toda Europa. La producción anual de la Bodega El Grifo es de aproximadamente unas 500.00 botellas.

Después de todas estas explicaciones y datos llegó el primero de los grandes momentos de la visita, el paseo por el viñedo. Que puedas pasear libre pero respetuosamente por metros y metros de viñedo, mirar e incluso tocar una cepa moscatel de más de cien años, no tiene precio ¿Por qué en otras bodegas no lo permiten?

Después de este cúmulo de sensaciones visuales y olfativas, pasamos de nuevo a la bodega para poder poner negro sobre blanco y catar algunas de estas joyas. Os cuento un poco de sus vinos.

Los tipos de vino blanco con malvasía son: seco, dulce y semidulce. También se produce malvasía fermentada en barrica, moscatel y vino de licor moscatel dulce. La variedad de tintos pasa por los de elaboración tradicional y de maceración carbónica. Desde hace un tiempo se han comenzado nuevos proyectos que tienen gran aceptación como los espumosos y un tinto de crianza. Respecto a este último quiero contaros que fruto de los experimentos que se están realizando desde hace años, y gracias a que el Consejo Regulador ha permitido el cultivo de pequeñas cantidades de variedades no autóctonas, como la shyrah, se ha llegado a un vino tinto que aguanta bien la crianza en barrica, el Tinto Ariana.

Probamos unos cuantos blancos, vinos de licor moscatel, un espumoso y entre los tintos, me decanté, con una gran curiosidad, por el tinto de crianza. El Tinto Ariana resultó ser un vino aromático, especiado, complejo y exótico y, afortunadamente, desde este mismo mes, se puede adquirir ya en la península.

Aunque no suelo compartir las opiniones de grandes gurús del vino, hace poco Neal Martin, el catador de Robert Parker visitó España y dijo algo que comparto totalmente: “Lo que busco en un vino es que diga de dónde viene” y sin duda los vinos canarios son así, 100% Canarias.

Os dejo, está lloviendo, sigue haciendo frío, pero con estos recuerdos, sensaciones e imágenes me parece estar de nuevo en uno de los patios de la Bodega El Grifo, sentada, bebiendo vino y dejándome acariciar por los alisios y por los rayos del sol isleño de enero.