Púrpura profundo; creo que es imposible resumir mejor las sensaciones transmitidas por las seis bestias del Ródano norte que hemos tenido la fortuna de disfrutar en Barolo.
Si usted sabe algo de música, enseguida habrá acudido a su mente la traducción al inglés de esas sensaciones: Deep Purple, el mítico grupo hard rock de los setenta que sigue tocando hoy en día a pesar de que su legendario vocalista Ian Guillan, que fue conocido en sus buenos tiempos como “la voz de plata”, sea ahora más bien la voz de diploma olímpico. Les invitamos a pulsar play y escuchar con nosotros la música que ha servido de inspiración en el parto de esta humilde crónica. Nada más y nada menos que el impresionante Concerto for Group and Orchestra de 1969, compuesto por el teclista recientemente fallecido Jon Lord.
A nadie se le ocurre pensar que los primitivos pobladores de la colonia gala de Vienne, al ver las empinadísimas laderas de la Côte-Rôtie, estimaron que era el sitio perfecto para plantar vides. Lo más fácil es imaginar que el feroz viento mistral, que en el valle del Ródano se canaliza y se transforma en una terrorífica corriente, les volvió locos. Resulta que el hombre antiguo, al contrario que el acomodado homo sapiens occidental moderno, no tenía un pelo de tonto. Se dieron cuenta de que cuanto más arriba, más escarpado y más difícil, el vino sabía mejor y las vides quedaban protegidas de las crecidas del impetuoso río. Los viñedos del Ródano norte son de ladera orientada al este y terraza, con inclinaciones a veces demenciales. Soportan un clima continental con influencias mediterráneas en el que el granizo puede destrozar la mejor cosecha en cualquier momento. Nieve en invierno, mistral salvaje en primavera y sol intenso en verano, dan forma a estos vinos maravillosamente primitivos y muy especiales. Las condiciones para los elaboradores son duras, a veces diabólicas y por eso, en este caso, el diablo se viste de syrah.
Muchos historiadores aseguran que los navegantes focenses llevaron la syrah a Marsella desde Oriente Próximo. El nombre recuerda sin duda a Shiraz, Irán, antigua ciudad de rosas y poetas. Se ha extendido por medio mundo -en Australia casi se podría hablar de secuestro- y crece bien en casi todas partes, pero su patria y su verdadera esencia está en las terrazas de locos del Ródano norte. Sensible al corrimiento (como todos, ¿no?) y a la botritis, de racimos medianos y compactos de color negro azulado que proporcionan un oscuro pigmento, superior al de la mayoría de variedades tintas, y con una capacidad aromática brutal que golpea a la primera inspiración. Aunque es una cepa muy mutable, en su tierra natal es un torrente de violetas, ahumados, bacon y a veces carne cruda, con fondos muy balsámicos de pino y resinas y toquecitos de regaliz. Entrega una buena acidez y, en buenas cosechas y elaboraciones, tanino aterciopelado.
Descendamos pues la escalera hacia las tentaciones de la fotogénica Enoteca Barolo y preparémonos para viajar con el olfato, el paladar y la imaginación, al norte del valle del Ródano.
Saint Joseph, Gonon 2010. 30 € aprox.
En 2010 en el Ródano norte los meses de abril y mayo, fríos y húmedos, favorecieron el corrimiento de los racimos. Julio fue caluroso y el moderado agosto permitió a las uvas madurar bien reteniendo acidez. El mes de septiembre fue muy seco y se dispararon las temperaturas aunque las lluvias aparecieron entre los días 20 y 25, permitiendo a las uvas aguantar hasta principios de octubre.
La AOC Saint-Joseph cuenta con unas 650 ha. de viñedo situadas en pendientes graníticas en la orilla derecha del Ródano, frente a Hermitage.
Este vino procede de parcelas de 7 ha. en suave colina con suelos de granito y arena en las que sólo se utilizan tratamientos naturales. Todas las parcelas se vinifican por separado en cubas abiertas con sus propias levaduras naturales indígenas. Se practica bazuqueo y remontado diario durante dos-tres semanas. Se cría en fudres unos catorce-dieciséis meses durante los que se decanta tres veces. Clarificación natural con clara de huevo. Embotellado sin filtrar.
Púrpura profundo –sí, es como picota oscuro con destellos y ribete violáceo, pero en pedante- prácticamente opaco de capa media-alta. La intensidad y densidad de violetas en nariz es magnífica. La cata se celebró el día ocho de abril y no sabíamos que doña Sara Montiel había fallecido. Escribiendo esto el día después no puedo evitar recordar a doña Sara en El último cuplé, bellísima en su mejor momento, cantando La violetera en el teatro mientras los varones de las primeras filas intentan disimular, azorados, una descomunal erección. En su honor bautizaremos el aroma como “saritísima”. Hay también matices especiados y suaves tostados. Un conjunto aromático muy agradable. En boca es muy preciso, de cuerpo medio, buen tacto, con acidez y taninos golosos todavía por pulir. Buen final y agradable persistencia. Está casi hecho. Un vino encantador.
Crozes Hermitage, Combier, Domaine des Grives 2010. 35 € aprox.
La AOC Crozes-Hermitage ocupa 900 ha. Aunque en otros tiempos produjo vinos mediocres, en los últimos años ha disfrutado de una clara mejoría en la calidad de sus vinos y se ha convertido en una denominación muy interesante.
Viñedo ecológico de 1 ha. Suelos arcilloso-calcáreos con canto rodado. Cepas de cincuenta años de media. Las vendimias son manuales y se practica despalillado total. Vinificación de 25 días en depósitos de acero inoxidable con temperatura controlada. Crianza de 12 meses en roble nuevo.
También púrpura profundo sin apenas diferencias con el anterior. Sorpresas olfativas iniciales ¿Han cocinado ustedes alguna vez con pastillas de caldo Starlux? Ese olor persistente que queda en los dedos después de desmenuzar una… pues esa es la primera impresión. Tras una buena aireación aparece fuerte el palolu. Hay un tímido fondo floral pero es muy poco saritísima. En boca es de bastante cuerpo, con más “caja” que el anterior. Taninos todavía muy asilvestrados. Buena longitud y final balsámico, resinoso y grato. Vino seriote, con aspiraciones y buen futuro.
Côte Rôtie, Jamet 2010. 68€ aprox.
La AOC Côte Rôtie es el viñedo más antiguo del Ródano. Formado por 195 ha. de suelos pobres y pendientes tremendamente inclinadas y de muy difícil laboreo (¡Están locos estos galos!). Las rocas caen de las laderas –algunas con un 60% de inclinación- y son recogidas y reubicadas por los heroicos trabajadores para evitar que las lluvias arrastren la tierra. Produce tintos elegantes y aptos para guarda.
Vino procedente de viñas muy viejas, incluso de cien años, de muy bajo rendimiento. Vinificado durante veinte días en depósitos de acero inoxidable, 25% de la vendimia con raspón. Crianza en barricas nuevas y usadas durante aproximadamente 20 meses.
Color muy similar a los anteriores. Muy ahumado de entrada, tocino, bacon ¡caldo! Fondo saritísima muy suave. Con más aireación fruta madura pero fresca, algo de pino. Llena la boca con una amplitud magnífica. Muy sabroso y de textura aterciopelada. Amargor final perfectamente integrado. Armonioso. Me lo quiero llevar a casa. Le falta botella pero ya es gloria bendita.
Côte Rôtie, Gerin, Les Grandes Places 2009. 88€ aprox.
La añada 2009 fue en general en el Ródano norte bastante benévola. Templada y seca, permitió vendimias tempranas de uvas muy maduradas. Nada que ver con la complicada 2008.
Viñas de 40 años de media. Suelo de esquistos y mica. Despalillado de las uvas y maceración en frío. Fermentación a temperatura controlada y crianza en barricas nuevas durante 18 meses.
Muy cerrado inicialmente. Ha colgado el cartel de “no molestar”. Es como la habitación de hotel de la pareja extraña de país más extraño que nunca sale de ahí y siempre tiene colgado el cartelito. Pero nosotros somos como esa señora de la limpieza a la que le faltan seis meses para jubilarse y está más que quemada. Entramos sin miramientos en la habitación porque no pensamos volver para limpiar el cuarto dos horas más tarde, cuando ya nos queremos ir a casa a descansar, esperando olor a tigre y a la extraña pareja en plena sesión de sadomasoquismo o algo peor, y nos encontramos con que han metido un perro –que está prohibido- en la habitación y lo están lavando en la bañera a la que cuesta dios y ayuda sacar brillo ¿Han bañado a un perro alguna vez? Pues huele a eso, a perro mojado. Aireación, aireación, aireación. Se abre a matices de pino una vez más, frutas negras, especias, aquí no hay apenas flores. La nariz es la más compleja hasta ahora –después del perro-. En boca es… madre mía, terciopelo azul. Impresionante paso con volumen glorioso y tanino integrado en el conjunto a la perfección. Graso, persistente y con muy buen final. El mejor en boca hasta ahora. En unos cuatro o cinco años puede llegar a ser magnífico.
Hermitage, Delas, Domaine des Tourettes 2010. 65€ aprox.
La prestigiosa AOC Hermitage se sitúa en la orilla izquierda del Ródano y con sus 126 ha. de suelos graníticos y pobres produce algunos de los mejores vinos europeos. Los viñedos se sitúan en pequeñas terrazas sostenidas por muros de piedra.
Vendimia manual. Fermentación en cemento, 18 meses en madera nueva y otros dos de vuelta al cemento donde se realiza el coupage final.
Otro que ha cerrado la puerta, pero esta vez con llave de esas antiguas que da varias vueltas en el cerrojo. Aporreamos la puerta a ver si se abre, finalmente le damos patadas y, por fin, la echamos abajo. Ciruela y moras, tabacos, algo de carne ahumada. En boca es bastante corpulento, mucha extracción, muy tánico y poco ácido, terroso y muy madurado. También hace gala de esa textura aterciopelada, pero es un terciopelo recién lavado un tanto áspero. El tanino se queda en las encías. Buena longitud. Final excelente con amargor comedido y gratificante. Buen futuro.
Ermitage, Chapoutier, Le Pavillion 2007. 140€ aprox.
Año difícil en el norte. La primavera pareció el verano. Las cepas florecieron dos o tres semanas antes de lo normal y los productores tuvieron que realizar severas podas en verde para reducir la producción. Julio y agosto fueron frescos, grises y húmedos, con abundantes lluvias que provocaron bastante podredumbre. Afortunadamente, las tres primeras semanas de septiembre fueron soleadas y calurosas, con lo que se consiguió una maduración aceptable y una graduación alcohólica decente.
Ermitage es lo mismo que Hermitage. Sin h es, según cuentan, la voz antigua y ancestral, la auténtica pureza de la AOC. Pura cabezonería. Si no lleva h suele ser más caro -todavía-.
Procedente de viñas casi centenarias en las que se busca el límite de la sobremaduración. Suelos de sedimentos sobre una fina capa granítica. Despalillado total y fermentación en cemento. Maceración de cuatro a cinco semanas. Crianza de 18 a 20 meses en barriles nuevos en un 30%.
También de capa media-alta pero con menisco cereza poco madura. Torrefacto, muy especiado, pimienta y regalices, el único que deja sentir la madera tostada con ganas. Excelente acidez, muy refrescante. De nuevo aterciopelado pero es un terciopelo de pelo más largo, más pesado. Sensaciones de sobremaduración que restan elegancia al conjunto. Muy denso. Excelente final, deja huella. Mejorará. El precio es excesivo e injustificable en comparación con el resto de vinos de la cata.
Una buena muestra de syrah de pura raza sin concesiones. Vinos que enamoran a muchos y disgustan a otros. Poderosos y concentrados pero con buena acidez y potencia aterciopelada. Todos son dignos de recibir noventa y tantos puntos de alguna revista de supercatadores pero, si tuviéramos que decidirnos por alguno, quizá los dos Côtie Rôtie nos harían quemar la tarjeta de crédito. Como diría Jenna Jameson, la boca es lo más importante, así que probablemente el Gerin, Les Grandes Places, después de matar al perro, sea el que más nos ha seducido. Sin embargo, el armonioso Jamet es verdaderamente tentador, aunque también hay que tener en cuenta que el primero de la tarde, el Saint Joseph, Gonon, es el más amistoso y accesible en todos los sentidos. A veces el universo conspira y hace difícil lo que debería ser fácil.
Nuestro eterno agradecimiento a todo el equipo de la Enoteca Barolo por tratarnos tan bien, por ser siempre tan amables y permitirnos conocer en profundidad vinos superiores tan especiales. No es de extrañar que, en estas catas tan bien seleccionadas, la planta baja se llene a rebosar de entusiastas de todas las edades.
Qué bien hablas chiquitillo.
Y me lo paso mejor bebiendo estas cosas
LA BODEGA Christopher Cannan adquirió el Clos Figueres en 1997, por consejo de René Barbier, uno de los viticultores más respetados del Priorato. La propiedad cuenta con unas 10 hectáreas de viñedo, con cepas de cariñena y garnacha plantadas hace más de dos décadas y otras de implantación más reciente (1998), con las variedades syrah, cabernet sauvignon y monastrell. Situado al norte de Gratallops, este Clos dispone de terrazas con suelos pizarrosos y de esquisto, que marcan el carácter de los vinos del Priorato. Actualmente, la bodega está asesorada por Alain Graillot, uno de los viticultores más prestigiosos del sur del valle del Ródano.