Antes de entrar directamente en el artículo un año -2016- y veinte vinos, necesitamos hacer una breve reflexión acerca de las pasadas fiestas. La navidad es una prueba -similar al castigo de Sísifo pero con fecha de caducidad- que hay que superar anualmente. La pregunta es inevitable: ¿Por qué nos mortificamos así cada año? La respuesta inmediata -al menos en el mundo de influencia cristiana- es porque celebramos la Natividad del Señor el día 25 de diciembre y su Epifanía el día seis de enero, por lo que supuestamente estamos ante 13 días de puro simbolismo religioso. Los críticos con el cristianismo podrían alegar que no se conoce la fecha real del nacimiento de Jesús y tendrían razón. También podrían aducir que la navidad es una fiesta pagana solapada o sincretizada por el cristianismo y, posteriormente, por el catolicismo, y también tendrían razón. Sin embargo, lo que en realidad padecemos en la actual navidad no son los excesos propios de una fiesta pagana ni el recogimiento genuino que se espera de una celebración de matriz religiosa. La navidad de nuestro tiempo no es otra cosa que la conquista absoluta de la indefensa psique de las masas por parte de la mercadotecnia. Es la exacción de la voluntad de los individuos a través del consumo forzoso.
Todo esto lo resumió de manera soberbia el anónimo, misterioso y certero artista callejero conocido como Banksy en la obra que a continuación les mostramos:
Bueno, pues como ya nos hemos desahogado un poco con nuestros sentimientos acerca de la navidad y, además, necesitamos olvidar rápidamente el obituario de celebridades de última hora en el que se convirtió el final de 2016, pasamos al tema del vino. El listado de este año sigue exactamente los mismos parámetros que el de los dos anteriores. A saber: 1.- Todos los vinos han sido consumidos en un entorno hogareño. Nada de catas técnicas de olfacción apresurada y sorbitos cortos y rápidos. Puro disfrute, nada más. 2.- El contenido de las botellas ha sido ingerido en su totalidad. En algún caso han caído varias de una misma etiqueta, a veces en el mismo día -sí, bebemos mucho; sobre todo para poder soportar la navidad, la sociedad, a Mario Vaquerizo y a Pablo Motos-. 3.- El cuaderno es la entidad meta-cognoscitiva de siempre, aunque su piel haya mutado de la de un humilde A5 de hojas cuadriculadas a la de un monísimo cuaderno de marca, diseñado específicamente para la plasmación de las impresiones de una “cata” de vinos. 4.- El listado se refiere al disfrute puro y duro que cada vino ha suministrado a los comensales. En ese disfrute tiene bastante importancia la cuestión crematística -el dinero-, por lo que algún que otro vino del listado ha visto penalizada su posición debido a un precio de los que dejan hematomas en la faltriquera. Así que, sin más, allá vamos. Un año -2016- y veinte vinos:
20. Les Amandiers 2012. La tour Grise. Chenin Blanc. Vin de France (Loira). 20€ aprox
Nuestro amor por la chenin blanc crece cuando encontramos pequeñas maravillas como esta a buen precio. Huele a miel, higo y hollejos y tiene un suave toque “natural” muy bien llevado. La boca es eléctrica, se desliza con elegancia y se expande con soltura. Hay un amago de dulzor pero es solo eso, un amago. Un chenin embriagador.
19. Bouzerón Aligoté 2011. A.Et P de Villaine. Aligoté. A.O.C. Bouzeron. 23€ aprox.
Lima y un pequeño y engañoso toque “dulzón” -suponemos que procedente de la madera- en nariz. Un aroma que, con buena aireación, gana mucho en intensidad. En boca es otro de esos vinos “eléctricos” que casi se mastican y nos hacen disfrutar mucho: ácido, sabroso, con buenos amargos y muy largo. Para introducirse en la Borgoña sin arruinarse.
18. María Rigol Ordi Gran Reserva Brut Nature 2008. María Rigol Ordi. 35% macabeo, 40% xarel·lo y 25% parellada. D.O. Cava. 16€ aprox.
El único espumoso de la lista tiene un aroma señorial: Hojaldre de crema, manzana asada y fruta de hueso. Llena la boca con una exhibición de lo que debe ser un espumoso maduro. Muy redondo. Todo está en su sitio con un equilibrio pasmoso. Un gran cava a un precio increíble que en boca puede humillar a mucho “primer espada” de las burbujas.
17. Barbarot 2009. Barbarot Wines. Tempranillo (70%), Merlot (30%). DOCA Rioja. 18€ aprox.
La nariz de este atípico Rioja es bastante compleja: pimienta, balsámicos, pimentón dulce, “tierra” y muy sutil vainilla. La boca es pura seducción. Carnoso y a la vez sedoso, muy redondo y con mucha frescura. Un Rioja nada canónico y bastante original que nos ha gustado mucho.
16. Jequitibá 2014. Olivier Riviere. Macabeo (95%), Garnacha Blanca (3%), Alarije (2%). DOCA Rioja. 18€ aprox.
Nariz de aire moderadamente terpénico. Huele a jazmín, tierra seca y piel de melocotón sobre un suave fondo de madera “dulzona” bien integrada. En boca es muy centrado, terroso y deja también esa buscada sensación “eléctrica” en el fondo de la lengua. Largo, de buena acidez y agradablemente persistente. Un blanco riojano muy serio de Olivier Riviere.
15. Táganan 2014. Envínate. Listán Blanco, Malvasía, Marmajuelo, Albillo, Gual, forastera. Sin D.O. (Tenerife). 16€ aprox.
Fósforo, mar, sal, madera todavía algo protagonista y… ¿marisco? -puede que se nos vaya la cabeza a menudo, pero… olía a marisco-. Boca densa, untuosa, algo salina y eléctrica que “ensancha” maravillosamente. Hace salivar mucho y se queda un buen rato. El mejor sabor de Tenerife. Cuando termine de integrar esa madera será más grande.
14. Conas Brancas 2014. Fedellos do Couto. Godello, Dona Blanca y Treixadura. D.O.Ribeira Sacra. 18€ aprox.
Hollejos, miel, hinojo y ¡mandarinas! en nariz. Aroma complejo y delicado. Boca muy vertical, muy fina. Buena longitud, toque salino y cítrico y, en retronasal, otra vez ¡la mandarina! Muy elegante, interesante y especial. Algo nuevo y diferente, casi como los Kinder sorpresa.
13. Oloroso El Cerro. Callejuela. Palomino fino. D.O. Jerez y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. 35€ aprox.
Maravillosa oxidación que casi destapa la nariz. Barniz de calidad, almendra garrapiñada y nuez. En boca es una bomba. Entra como un cuchillo jamonero bien afilado y, de repente, ¡bum! explota y se expande de forma gloriosa. Un oloroso con dos caras: una con un delicado filo y otra explosiva.
12. Brunello di Montalcino 2009. Capanna di Cencioni Benito e Figli. Sangiovese. D.O.C.G. Brunello di Montalcino. 35€ aprox.
Un poquito de After Eight, otro poquito de Vicks Vaporub, hierba, tierra y fresas. La nariz grita ¡Italia! Hay un buen tanino con terciopelo y filo -ese botti de Eslavonia…- que todavía se tiene que pulir un poco más. Agradece muchísimo una muy larga oxigenación. Es un gran tinto con mucha tipicidad italiana.
11. La Movida Pizarra 2013. Maldivinas. Garnacha. V.T. Castilla y León. 20€ aprox.
Que no les asuste el quita esmalte de uñas porque después llegan los frutos rojos ”muy silvestres”, las guindas, las moras y un toque final de “Cherry Coke”. La textura es sedosa y, aunque hay una volátil un poco destacada, no molesta nada y la longitud, acidez y calidad general hacen de este vino una obra compleja e intrigante.
10. Los Pasitos 2014. Suertes del Marqués. Baboso Negro. D.O.Valle de la Orotava. 28€ aprox.
Pimienta, cerezas, especias, ¿cardamomo?, también está el fósforo pero levemente. La boca, que da una primera impresión de falsa ligereza, es redonda y finísima, muy placentera. Seductor, señorial y profundo. El carácter volcánico de siempre pero atenuado por un hipnótico estilo.
9. Ube 2014. Cota 45. Palomino (clones antiguos). Sin D.O. (Sanlúcar de Barrameda). 25€ aprox.
Peculiar y sugestivo vino de Ramiro Ibáñez. Aromas atípicos y casi anómalos: tierra quemada, pólvora, hierbas, piedras húmedas y piel de albaricoque. El misterioso “efecto palomino” hace que al principio parezca soso, pero después crece y crece y se hace muy largo. En tan sólo cuatro meses de diferencia entre dos botellas consumidas, mejoró mucho. Una belleza inquietante.
8. Amontillado fino Fossi. Primitivo Collantes. Palomino fino. Chiclana de la frontera-Jerez-Xèrés-Sherry-. 10€ aprox.
En la frontera entre dos mundos, mitad fino, mitad amontillado. Con su avellana, su mueble viejo y un elegante aire especiado. Boca con mucha finura, de paso muy limpio y expansión pausada y relajante. Pocas veces encontrarán una relación calidad-precio similar. Son angulas a precio de gulas.
7. Socaire 2014. Primitivo Collantes. Palomino fino. Sin D.O. (Chiclana de la frontera). 15€ aprox.
Piel de albaricoque, tiza, algún toque “dulzón” y un poco de goma. Tipiquísimo ataque clásico de palomino fino. Empieza “soso”, parece que para, después “resucita” y se agarra al paladar dejando un largo, persistente y excelente regusto “tizoso”. Cuando hay personas que comprenden lo que tienen entre manos salen estas maravillas.
6. Charlotte Allen 2009. Almaroja. Juan García. D.O. Arribes. 22€ aprox.
Un poco de laurel, hierba, especias, frambuesas y notas animales. Sedoso, con muy buen tacto y con buen tanino todavía un poco secante y afilado que “pica” dientes. Original, distinto y francamente sabroso. Si quieren sorprender con una variedad de uva y una denominación de origen poco conocidas, este es su vino.
5. 7 Pulgadas garnacha 2013. Rubor Viticultores. Garnacha. Sin D.O. (Navarrevisca-Ávila) 25€ aprox.
Cerezas al marrasquino a tutiplén. Rosas, pacharán, balsámicos y un misterioso fondo “mineral”. Otro vino que deja una percepción de falsa ligereza inicial que pronto se transforma en sensación de plenitud. Cuando se pula ese tanino será un tinto enorme. El lado asilvestrado de la garnacha del centro peninsular. Take a walk on the wild side.
4 . La Danza del Viento 2013. 4 Monos Viticultores. Garnacha. D.O. Vinos de Madrid. 25€ aprox.
Cerezas confitadas, flores silvestres, pétalos de rosa, monte y romero. El tanino ya casi a punto y una materia de primerísima calidad con tacto de seda-satén hacen de este vino un porta-estandarte del estilo “garnacha noir” del centro. Otro gran trabajo de 4 Monos. Huele muy bien. Sabe mejor. Quizá con un año más de edad alcance su plenitud. Noches de tinto satén.
3. Vidonia 2014. Suertes del Marqués. Listán Blanco y otras. D.O.Valle de la Orotava. 21€ aprox.
Dejes de miel, ciruela blanca, ligera mantequilla, licor, orujo… ¡recuerdos al mítico caramelo “cubata”! y el puñetero y enigmático fondo mineral. La nariz impresiona y la boca no se queda atrás. Muy sabroso y de estructura refinada. Ligeramente salino y extremadamente placentero. Es todavía muy joven y ya impresiona. Su futuro se antoja muy halagüeño.
2. La bota 60 de manzanilla pasada “Bota Punta”. Equipo Navazos (Hijos de Rainera Pérez Marín-Sanlúcar de Barrameda). Palomino fino. D.O.Jerez-Xèrés-Sherry. 50€.
Camomila, yodo, algas, canela, almendras fritas, ahumados, hierbas, recuerdos a whisky irlandés, fondo calizo… si la nariz es un espectáculo, la boca es un apoteosis. De tacto levemente mantecoso, se alarga y ensancha con magnificencia. Sal y grandes amargos, concentración y grandeza; enorme, casi gloriosa.
1. Fino La Barajuela 2013. Bodegas Luis Pérez. Palomino (clon 84). D.O.Jerez-Xèrés-Sherry. 30€ aprox.
Hinojo, esparto, curry, tierra, tiza, tomillo y un poquito de nuez moscada y almendra. Aroma de gran complejidad, intenso, con capas y capas que “conviven” en el mismo espacio de forma armónica. Boca explosiva, muy poderosa. Ataque potente que después ensancha, expande, agarra y se mantiene impertérrito durante un buen rato. Volumen perfecto. No resulta muy seco y hace gala de una ligera mantecosidad que lo hace todavía más completo. La acidez es también perfecta. Un vino musculoso, jugoso y sabroso, que crece y crece en boca casi sin parar. El cuaderno lo tuvo claro desde el primer momento. Es el número uno de este año por lo que es y, además, por lo que significa. Una muestra del increíble potencial todavía no explotado del Marco de Jerez.
Fantástica selección! Os cogemos alguna idea para nuestro blog 😉