¡Para los griegos, que siempre vivieron de cara al mar, la importancia y el temor con el que adoraban al dios de las aguas es fácil de comprender. Poseidón, hermano de Zeus, era un dios terrible, señor de las tormentas, capaz de cataclismos sin fin si no se le rendía el culto debido. Los romanos lo adoptaron bajo el nombre de Neptuno, al latinizar a la divinidad etrusca equivalente, Nethuns.
Cerramos los ojos y nos imaginamos ciudades perdidas, más allá del Helesponto, donde en templos hace tiempo olvidados, se recitaban durante el otoño los mitos ugaríticos. Letanías que aún repite el viento, en honor a Baal, el dios de la tormenta, como celebración del fin de la actividad agrícola y como petición para la llegada de las primeras lluvias. El momento álgido de la historia narra cómo Baal se enfrenta a Mot monstruo primigenio de la Tierra, dios semítico representante de la muerte y la aridez, quien le obliga a descender a su reino de los infiernos, momento que coincide con la sequía estival. Precisamente es este periplo del marchitamiento del reino vegetal, el que tiene también en común con la muerte y llegada a los infiernos del dios moribundo Tammuz, quien está presente en varias liturgias mesopotámicas, en las que se lamentaba su desaparición y la desolación que acarreaba para la agricultura. En vetustos vestigios que han permitido que esta deidad no sucumba al olvido, se le representa sujetando unas uvas que da a comer a unas cabras y acompañado de dos diosas que riegan con unos grandes cántaros, simbolizando la importancia del agua para los cultivos.[/vc_column_text]
La importancia del agua
La vid requiere de agua para poder realizar sus funciones vitales y, como mencionábamos en artículos anteriores, para el proceso de fotosíntesis. Sin olvidar reseñar también su importancia para la función clorofílica, que permitirá la acumulación de azúcares en las uvas.
Las plantas tienen dos formas de obtener agua, o bien por ósmosis, haciéndola llegar desde las raíces, o por pequeñas absorciones de la misma a través de sus hojas. El agua puede llegar en múltiples y variadas formas, gracias a la lluvia, o la nieve, la humedad en el ambiente, también por la niebla, e incluso de ser necesario mediante el riego.
La lluvia
El viticultor, como cualquier trabajador del campo se pasa media vida mirando al terreno y la otra mitad mirando al cielo. De ahí que un bien tan preciado como la lluvia contase con divinidades a las que venerar con el fin de atraer su benevolencia. Así en Persia se rendía culto a Tishtrya, cuya leyeda cuenta cómo descendió al océano cósmico en forma de caballo níveo con destellos de oro y cómo a su paso sale Apaosha, el demonio de la sequía, representado a su vez como un corcel negro como el azabache. Su terrible lucha se prolonga durante tres días, al final de los cuales Apaosha vence y sume a la Tierra en un período de sequía. El desfallecido Tishtrya recurre al dios supremo Ahura Mazda, quien consiente en darle de comer con el fin de que recupere fuerzas y pueda enfrentarse al demonio para lograr que retornen las preciadas lluvias.
En las culturas mesoamericanas también cobra un especial protagonismo el dios de la lluvia, como por ejemplo Tlaloc, quien tenía el poder de brindar dos tipos de lluvia, la que fertilizaba la tierra y la que la devastaba. También se asociaba a las montañas, desde donde descienden los ríos acompañados de las nieblas y en sus cumbres se agolpan las nubes. Todo muy poético, así que no sé si mencionarles los sacrificios de niños y la relevancia de que estos llorasen mucho como presagio de copiosas lluvias. En fin, no entremos en escabrosos detalles y sigamos por otros derroteros menos truculentos.
Pluviometría
Se trata de la medida que recoge las precipitaciones caídas en una zona en un tiempo dado. Esta lluvia es además fundamental para el mantenimiento de las reservas hídricas del suelo.
Aunque la vid sea una planta sufridora que se acomoda bien a la aridez, no quiere esto decir que no se pueda adaptar también a climas húmedos. Para precipitaciones inferiores a los 360 mm. el riego puede ser beneficioso, sin que resulte necesario para aquellos viduños que reciben más de 500 mm. De todos modos, lo ideal seguirá siendo que, en situaciones de estrés hídrico severo, sea la misma planta la que pueda, gracias a la profundidad de sus raíces, alcanzar la humedad requerida.
Algo a tener en cuenta es la distribución estacional de estas lluvias, cuya importancia varía según los diferentes períodos del desarrollo vegetativo de la vid. Así, por ejemplo, durante la primavera será necesario un mayor aporte hídrico que durante la floración, en la que un exceso sería sin duda perjudicial. Sin olvidar la importancia también del tipo de suelo, orografía, e inclinación. ¿Les habíamos hablado del conjunto de componentes que es el terruño?
Ríos de vino, vinos de río
Ríos, algunos famosos, otros desconocidos, pero todos de notable impacto en los vinos a los que están ligados. ¿Quién no conoce el Rhin, el Loira, el Ródano, o aquí más cerca el Ebro o el Duero? Las grandes vías fluviales han influido en los vinos, no sólo como autopistas del comercio, facilitando el envío de barricas y toneles y la llegada de riqueza y progreso, también al conformar un microclima especial. Incluso ríos de menor renombre, aportan un influjo de gran magnitud, sirvan de ejemplo los ríos Garona y Dordoña en Burdeos o el Saona en Borgoña, mencionar también el Po para el Piamonte o el Arno en la Toscana.
¿Cuál es su influjo?
La presencia de un río cerca de un viñedo atempera en los momentos de mayor frío, siendo una gran ayuda contra las heladas, así como refresca en los de mayor calor. Además de generar una mayor humedad en el ambiente. Aunque también puede aportar aspectos negativos como la niebla, especialmente si se conjuga con elevadas temperaturas, lo que traería consigo enfermedades fitosanitarias como el oídio o el mildiu.
Humedad absoluta vs humedad relativa
La humedad en el ambiente es factor fundamental, no sólo en el viñedo sino también en la bodega, tanto para las levaduras autóctonas como para la conservación del vino, por ejemplo minimizando la parte de los ángeles.
La humedad absoluta hace referencia a la cantidad total de vapor de agua existente en un volumen determinado, expresada en gramos por metros cúbicos de aire.
La humedad relativa define la relación entre la cantidad de vapor de agua que contiene una masa de aire y el máximo que podría albergar.
¿En qué afecta?
En circunstancias de escasa humedad relativa, la vid se ve obligada a una mayor transpiración pero, como sostenía Aristóteles, en el medio está la virtud, pues tampoco es positivo su exceso, ya que se cerrarían los estomas y, por tanto, se reduciría la actividad fotosintética, lo que podría acarrear una crecimiento vegetativo lento.
Sí, ya sé que se hace extraño hablar tanto del agua, en una página donde todo el protagonismo recae en el vino, pero no olviden que el insípido elemento representa el 75% del total de este planeta, las mismas ¾ partes que forman nuestro cuerpo y, casualidades de la vida, el mismo porcentaje aproximado en una botella de vino. Abran una y sacien su sed mientras piensan en esto.¡
Ya que estamos en España, no estaría mal nombrar losl rios Sil y Miño en la Ribeira Sacra.
Hola Araceli, tienes toda la razón, pero bastante largo me estaba quedando ya el artículo como para añadirle un listado con los ríos. Por desgracia, siempre se quedan nombres fuera, algunos tan importantes como el Mosela, o los mencionados por ti Sil y Miño. Hasta estuve a punto a darles protagonismo, aunque fuese a través de las fotografías del post, pero al final me decidí por otras, también pensando en que de la Ribeira Sacra ya habíamos dado cuenta con anterioridad, como por ejemplo en el artículo ‘Embotellando un paisaje’ (http://enoarquia.com/embotellando-un-paisaje/).
Muchas gracias por pasarte por aquí y por tu comentario.
Un saludo.