¡Pero qué tímido eres para tener ribete tan violáceo y corazón tan negro! Debajo de ese ligero efluvio sulfuroso, que pronto desaparece, hay muchas cosas que parece te da vergüenza descubrir. Sé que llevas syrah porque percibo su asilvestrado perfume de fresas y moras salvajes dominando todo pero… hay muchas más cosas. Esos suaves toques vegetales me parece que son de cabernet pero… sigue habiendo más cosas, muchas más. Recurro al fin a la contra-etiqueta y descubro que tu enigma no es de una ni de dos, sino de cinco, y que todas van de la mano.
La tempranillo (65%) es una gran señora. Sutil y elegante, casi casi de sangre azul, deja pasar sonriendo a la alocada syrah (20%) que sale corriendo y muestra su fragancia con orgullo. La cabernet sauvignon (5%), siempre tan mandona con sus aires de superioridad, quiere controlarlo todo pero la merlot (5%) le deja las cosas claras y consigue hacerle entender lo que es un trabajo de equipo. Todas ellas, tan famosas, acogen a la temerosa malvar (5%), a la que pocos conocen, y la llevan de la mano alborozadas.
El notable trabajo de ensamblaje de este Qubél revelación 2010 es una cabriola digna de un perfumista experimentado. Como si de mezclar aceites esenciales con maestría se tratara, nada está fuera de lugar, nada despunta y todo está en su sitio. Jugoso y fresco, rozando la perfecta redondez, da la sensación de haber pasado algunos meses de crianza al estar tan bien estructurado. Embotellado en marzo de 2011 y sin crianza alguna, conserva una exultante lozanía que sugiere todavía bastante potencial evolutivo en la botella.
Yo me lo bebería con un steak tartar de solomillo de buey, abriendo la botella una media hora antes de empezar para darle tiempo y dejar que pierda su timidez inicial.
Si quieres saber más sobre este curioso trabajo, Estrella Orti, de la bodega de Madrid Gosálbez Orti, mantiene un maravilloso blog en el que podrás descubrir las vicisitudes de la vendimia de la añada catada. Este blog, escrito con sensibilidad y gusto, es algo poco común en el paisaje enológico que todas las bodegas deberían hacer.
Catado en marzo de 2013 en la Vinoteca El Envero -14 euros la botella acompañada de una buena tapita – por sugerencia de la casa.
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