Bodega | Viña Elena |
D.O./Zona | Jumilla |
Tipo de vino | Tinto |
Elaboración/Crianza | Fermentación en tina de 5.000 litros. Crianza de 10 meses en tina de 5.000 litros. |
Variedad/es | Monastrell |
Precio aproximado | 11 euros |
Comentario
La comarca del Altiplano, situada al noreste de la Comunidad Autónoma de Murcia en lo que -con un poco de imaginación- se podría definir como el dedo medio de una gigantesca mano que hace “la peineta” a los satélites que la fotografían de vez en cuando, es un territorio de 1580 kilómetros cuadrados de paisajes singulares. Llueve poco, -la media de precipitaciones se sitúa en el límite entre la España seca y la subdesértica- y las precipitaciones en forma de granizo destructivo son habituales en verano. Hace bastante frío en invierno -con temperaturas medias por debajo de los seis grados en el mes de enero- y mucho calor en verano. La amplitud térmica durante la canícula puede llegar a ser de 20 grados, por lo que una jornada con 40 grados de temperatura en las horas centrales del día puede descender por debajo de los 20 durante la noche. En la comarca son abundantes los valles y las planicies flanqueadas por serranías de altura media y formas caprichosas. Los suelos, generalmente pardo-calizos y pedregosos, están apenas poblados por vegetación debido a la deforestación causada por el hombre y a la escasez de precipitaciones. Hay algunos encinares residuales, formaciones algo más habituales de pino carrasco y, en las zonas de mayor altitud, matorral de alta montaña mediterránea. El paisaje, sobrio y austero, es un tranquilizante natural que templa el alma e invita al sosiego y al recogimiento.
En estas tierras espartanas reina la variedad monastrell, de desborre tardío y maduración lenta, que se ha adaptado a la perfección al suelo y a las duras condiciones climáticas de la zona. La monastrell, cuando madura correctamente, es capaz de producir vinos ricos en alcohol, muy pigmentados, tánicos, perfumados, estructurados y con buen potencial para el envejecimiento.
En la zona sureste del Altiplano y al sur del municipio de Jumilla, se encuentra el Estrecho de Marín, un valle ceñido entre el monte La Rajica de Enmedio y la sierra de Sopalmo. Allí está situada la finca Mandiles, cuyas cepas de monastrell han sobrevivido en sus suelos pedregosos, calizos y semiáridos durante más de 60 años, soportando duras condiciones climáticas y un elevado estrés hídrico. El viñedo es propiedad de la bodega Viña Elena que, liderada por Elena Pacheco e Isio Ramos, se ha empeñado en extraer lo mejor que la monastrell puede ofrecer en estas duras tierras.
Finca Mandiles manifiesta en nariz algunos toques lácticos acompañados de matices herbáceos, algo de resinas, una buena carga frutal de ciruela negra y un fondo base de tierra seca. La intensidad y franqueza aromática es buena, con estilo, y de una complejidad destacable. En boca se disfruta una materia muy frutal y de calidad, con el tanino todavía un poco secante y con algo de “mordida”. Es bastante recto, largo y fresco a pesar de que en algún momento el alcohol -algo habitual en muchas elaboraciones de monastrell- adopta un papel un poco protagonista, pero este último detalle no enturbia la elegante sobriedad del vino. Buen monastrell a buen precio. Si no conocen la variedad, esta etiqueta es un gran ejemplo de lo mejor que puede ofrecer.
Aprovechamos para hablarles también de otro de los vinos de la bodega Viña Elena, el Bruma del Estrecho Navajuelos, que podría definirse como el “hermano menor” de Mandiles. Se trata de un tinto más sencillo y con menos aspiraciones, que resulta muy fresco y casi de sed, algo difícil de conseguir en elaboraciones de esta variedad. Por su precio, 5,90 euros, es un vino para casi todos los días.
Comida
Libritos de lomo fresco de cerdo con cecina y queso. Rústicos y perfectos para un buen monastrell.
Grandes caldos, son realmente buenos