Bermejo, de lava y cenizas

Probé este vino por primera vez en el Mercado de San Miguel, junto a la Plaza Mayor de Madrid. Hay un puesto de vinos llamado Pinkleton & Wine y tiene la ventaja de poder llevarte allí cualquier maridaje que hayas adquirido en otro puesto del mercado. Pedimos sushi en el Sushimarket (no es el mejor que he probado, pero tiene un pase) y en Pinkleton & Wine nos recomendaron acompañarlo con un vino blanco seco.

Primero nos llamó la atención la botella del Bermejo Malvasía Seco y después su procedencia, la isla de Lanzarote. La bodega Los Bermejos fue refundada en 2001; siglos atrás perteneció a una influyente familia de la isla, aunque en las últimas décadas prácticamente no tenía actividad.

De tono amarillo verdoso, muy brillante. Complejo en nariz y muy afrutado al comienzo, mango y melocotón… después da paso a matices más florales y de hierba seca. Es un vino agradable, suave, exótico y es fácil de tomar. Es varietal, malvasía 100%, una variedad muy característica de la región y de algún modo notas en su sabor esa tierra volcánica y oscura donde descansan sus viñedos.

Este vino me llamó mucho la atención, fue el primer vino de las Canarias que probé, lo cual me llevó a investigar un poco acerca de la malvasía volcánica y su cultivo. Es un paisaje impresionante, tierra arenosa casi negra rica en nutrientes que se ha ido creando tras años y años de erupciones volcánicas y ceniza. Las vides se plantan en unos hoyos, donde se deposita la escasa agua de las lluvias y se protegen con muretes semicirculares de piedra. Hay zonas donde estos hoyos pueden tener 4 metros de profundidad y 6 de diámetro. La escasez de agua, abundante sol y el terreno le dan a esta uva tan poco productiva un toque exótico encantador.

Ideal para pescado, aunque se puede acompañar perfectamente con queso, arroces incluso carnes blancas. Lo podréis comprar por unos 13 euros dependiendo del comercio.